El sentido de la Navidad inicia con el nacimiento de Jesús, como debemos saber, este es un evento universal que afecta a todos los hombres. El cometido fundamental de la Iglesia Católica es dirigir la mirada del hombre, orientar la conciencia y la experiencia de toda la humanidad hacia el misterio de Cristo, solo en la fe se comprende y se fundamenta la misión.
El Hijo de Dios se hizo verdaderamente hombre, nació de la Virgen María, en un tiempo y en un lugar específico, en Belén durante el reinado del emperador Augusto, bajo el gobernador Quirino (Lc 2,1-2); creció en una familia, tuvo amigos, formó un grupo de discípulos, dio instrucciones a los apóstoles para que continuaran su misión, completó el curso de su vida terrenal en la cruz.
Este modo de actuar de Dios es un poderoso estímulo para cuestionarnos sobre el realismo de nuestra fe, que no debe limitarse a la esfera de los sentimientos y emociones, sino que debe entrar en la realidad de nuestra existencia, es decir, debe tocar nuestra vida de cada día y orientarla de manera práctica. Dios no se detuvo en las palabras, sino que nos mostró cómo vivir, compartiendo nuestra propia experiencia, salvo en el pecado. Esto es algo que nos explica a mayor profundad el Papa en una de sus catequesis.
El Papa Francisco, en su Catequesis nos hizo reflexionar sobre el verdadero sentido de la Navidad, que significa acoger en la tierra las sorpresas del Cielo y celebrar a un Dios que revoluciona nuestras lógicas humanas.
Navidad es la revancha de la humildad sobre la arrogancia, de la sencillez sobre la abundancia, del silencio sobre el escándalo. Navidad significa acoger en la tierra las sorpresas del Cielo y celebrar a un Dios que revoluciona nuestras lógicas humanas.
Vivir la Navidad es entender que la vida no se programa sino que se da, que no podemos vivir para nosotros mismos sino para Dios, que descendió hasta nosotros para ayudarnos.
¿Jesús es el sentido de la Navidad?
Verdaderamente, sí, el sentido de la Navidad y de nuestra vida, gira entorno a la Encarnación del verbo. El Hijo de Dios se encarnó en el seno de la Virgen María, por obra del Espíritu Santo, por nosotros los hombres y por nuestra salvación: es decir, para reconciliarnos a nosotros pecadores con Dios, darnos a conocer su amor infinito, ser nuestro modelo de santidad y hacernos partícipes de la naturaleza divina.
Ante la idea de conocer un poco más sobre lo que debe ser el sentido de la Navidad para todo cristiano, hemos escrito un libro »100 Preguntas que Nunca te habías hecho sobre la Navidad» y que seguramente encontrarás la respuesta que necesitas.